Algunas veces acostumbramos a guardar cosas que ya no necesitamos por el simple hecho de sentir que lo perdemos. Sentimos que lo vamos a necesitar después, aunque dentro de nosotros sabemos que ya no lo volveremos a utilizar. Así mismo, existen objetos que tienen un gran valor sentimental porque te los han regalado personas muy especiales, porque forman parte de un linaje familiar, etc. Lo cual no es malo, de hecho, es algo completamente normal y en cierto grado saludable porque nos permite tener relaciones profundas con el mundo y con el resto de las personas. Sin embargo, el problema empieza cuando nuestro apego a las cosas materiales se vuelve un problema y esto sucede por la sensación de seguridad y de placer que te activa. Como resultado, realizamos un anclaje energético que identifica el objeto con algún sentimiento u emoción, y creemos que esos objetos nos dan felicidad y nos da miedo perder esa felicidad. Por lo tanto, nos es difícil lograr el desapego de lo material y no queremos perder esos objetos.
Esto no quiere decir que no haya una forma de aprender a soltar nuestras pertenencias materiales. Así como realizamos un anclaje emocional a las cosas, lo podemos deshacer. Aquí te decimos cómo.
Acepta tu apego por las cosas.
Aceptar que debemos desapegarnos de algo material. Así mismo, darte cuenta que ya no lo necesitas ni te hace feliz.
Da sin esperar recibir algo.
Cuando encuentres la felicidad en dar, perderás el miedo a que eso que das tal vez no regrese.
Olvídate del “por si acaso”.
Los “por si acaso” son peligrosos, porque indican el miedo al futuro.
Reevalúa la utilidad de los productos que tienes.
Reflexiona si ese objeto aún te sigue siendo útil y feliz y si realmente lo necesitas. De lo contrario, no tiene sentido que lo sigas guardando.
Evita rellenar los huecos que te sobren.
Aprovecha el espacio libre. No sólo por contar con espacio extra sientas la necesidad de comprar algo para rellenarlo.
No te aferres al pasado.
Aferrarse a un objeto puede ser señal de que nos estemos aferrando al pasado. Por lo tanto, debemos aprender a soltar y entender que los recuerdos y vivencias están dentro de nosotros y no en un objeto. Así que, si hay un vínculo con ese objeto y una persona querida, recuerda que el vínculo va más allá de ese objeto.
Dale una segunda vida al objeto desechado.
Si el objeto que quieres desechar puede ser útil para alguien más, no dudes en donarlo. Al hacerlo, puedes cambiar la idea que sólo lo estás tirando, sino que es valioso para ti y por eso lo regalas.
Este es un trabajo personal que nos ayudará a sentirnos liberados de las cosas que nos amarran y a involucrarnos con las cosas de una forma más saludable.
Si te gustó el artículo sobre el desapego de lo material, tienes dudas o te interesa saber sobre otros temas, no dudes en dejar tus comentarios.